Propuestas estudiantiles en la segunda Jornada de Reflexión y Trabajo en torno a la participación
Participación estudiantil. ¿A qué aspiramos los estudiantes de la PUCV?
Hablar de participación nos sitúa ante un concepto de especial complejidad. ¿Qué se entiende por participación? ¿De qué forma se quiere participar? ¿Se está efectivamente participando? Estas y otras inquietudes emanan de una discusión no solo conceptual sino también de significado, y créannos, los estudiantes también las hacemos.
Nuestra Universidad ha sido pionera en la generación de espacios de encuentro y debate al interior de la comunidad universitaria. No nos es indiferente la Reforma Universitaria de 1967 y los diversos espacios de discusión y debate que en ella se crearon, motivando la participación a partir de la reflexión respecto de qué Universidad querían construir. Argumentos a favor o en contra, nadie podría desconocer que en aquella época los estudiantes de nuestra Universidad se sintieron más parte de la construcción y crecimiento de esta institución: la participación de los estudiantes en las decisiones de la Universidad y en el camino que ésta emprendía era vital: no se entendía Universidad sin que ésta fuese construída de manera íntegra por todos los actores que participaban de este proceso: desde las más altas autoridades hasta el último estudiante de nuestra casa de estudios. El sentido de pertenencia se entendía de otra manera en aquellos tiempos.
Sin duda nos encontramos en otra época, donde muy probablemente la Reforma Universitaria a la que hacía alusión incluso no se entendería, y donde las dinámicas de participación son distintas. Pero, aunque los estudiantes de hace cuatro décadas hayan sido muy distintos a los de hoy, no es posible pensar que los que actualmente estudiamos en esta Universidad no aspiremos, legítimamente, a sentirnos más parte de nuestra institución. Mayores espacios de participación, decisiones consensuadas con la comunidad estudiantil, discusión y debate interno son acciones que no exigen de reformas constitucionales y que sin duda mejoran la convivencia interna, además de mostrar una Universidad abierta, integradora, dialogante y con visión de futuro.
Nos preocupa el sentido de pertenencia no por encontrar una justificación a nuestras demandas de mayor participación: si recogemos las cifras del plan estratégico de nuestra Universidad, que hacen referencia a que hacia el año 2007 se espera que un 30% de los estudiantes egresados de la Universidad se hayan sentido efectivamente parte de la institución y sientan que recibieron una buena educación en sus años de estudios superiores, encontramos ahí un foco de conflicto, y un punto donde buscar no solo explicaciones sino también, a partir de ello, generar respuestas y nuevos desafíos pensando en el futuro. Queremos hoy sentirnos parte, queremos hoy transitar con el resto de la comunidad universitaria un camino de unidad y trabajo reciproco y al mismo nivel, aspiramos, al igual que todos quienes componen este espacio, a hacer de nuestra Universidad una institución que se construya en conjunto y que sea pionera de los cambios que la educación superior requiere.
Entendemos como estudiantes la necesidad de estar a la altura de los desafíos. No entendemos este espacio como un espacio para venir a “pedir participación”: eso va de la mano, entendemos, con un análisis crítico y reflexivo acerca de cómo ocupamos los espacios que la Universidad garantiza. Cabe hacerse la autocrítica frente a ese punto y decir que estamos trabajando fuertemente por fortalecer el movimiento estudiantil, generar redes de acción con el resto de la comunidad universitaria, ocupar los espacios que consagran los estatutos y la orgánica de la Universidad para nosotros, y por proponer más que exigir sin sustento: nos interesa ser parte de, y en ese proceso nuestro aporte debe estar a la altura.
Nuestras aspiraciones son de largo, mediano y corto plazo. Algunas de ellas van de la mano con profundas reformas constitucionales y con proyectos de ley que garanticen espacios de participación que en su momento tuvimos y que hoy son sólo un bello recuerdo, y otras, la mayoría, requieren de la voluntad de las autoridades de la Universidad y de la comunidad universitaria para impulsarlas. Aspiramos a la construcción de Universidad con el resto de los actores que en ella conviven, en un clima de respeto y confianza; aspiramos a que nuestros representantes en los órganos colegiados de la Universidad cuenten con plenos derechos, y que su voz pese tanto como la de cualquier autoridad universitaria.
Hemos venido a este espacio no solo a plantear aspiraciones, sino también proposiciones, las que han surgido producto de procesos de reflexión estudiantil y de debate. Las proposiciones a las que haré referencia se sitúan en el marco de las aspiraciones de corto plazo, pues su implementación requiere más bien de la voluntad de la Universidad para desarrollarlas y de la apertura a discutir estas temáticas.
1.- Proponemos, en primer lugar, que este espacio se siga replicando. Valoramos la discusión generada con académicos, funcionarios y estudiantes; creemos que desde esta discusión y la confrontación de ideas se construye Universidad.
Aspiramos a que, en un futuro cercano este espacio sea institucionalizado. Para ello proponemos la creación de un cuerpo colegiado de carácter consultivo, compuesto por representantes de académicos, funcionarios y estudiantes, ante los que la Universidad exponga y discuta sus planificaciones estratégicas y acciones de futuro. Este espacio más que una aspiración hoy se convierte en una necesidad pues discusiones fundamentales para la Universidad como el diseño e implementación del Plan de desarrollo estratégico o el Proyecto Curauma se han realizado sin participación estudiantil en su génesis y discusión. Una comunidad universitaria no puede abstraerse del debate de TODOS sus actores; un proyecto universitario no puede entenderse sin los estudiantes, que finalmente son quienes dan vida, sentido y fuerza a una Universidad.
2.- Asimismo, proponemos realizar periódicamente (al menos dos veces al año) claustros por carreras o facultades, que reúnan a la comunidad universitaria en su conjunto. Dichos claustros permitirán generar discusión constante, profundizando en temas internos de las carreras, unidades académicas y facultades, además de ser un inmejorable espacio para encontrarse y para que la comunidad universitaria se conozca y se relaciona. Un acción de este tipo puede derivar en un avance exponencial y profundo de la participación al interior de nuestra comunidad, y permitirá también hacer de la Universidad un espacio más integrador, vinculante y colectivo, donde todos tengan algo que decir. Ejemplos ya hemos tenido: hace una semana la carrera de Educación Parvularia realizó un claustro interno para discutir temas relacionados con su carrera y su unidad académica, participando en ello académicos, funcionarios y estudiantes en gran número: no se necesita para ello una reforma estatutaria, se necesita para ello la voluntad de la comunidad universitaria y el compromiso de todos
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